Salud mental

Alfonso Sáez de Ibarra: Los duelos en las desapariciones son mucho más complicados

¿Cómo se afronta la desaparición de una persona? Con motivo del Día de las Personas Desaparecidas Sin Causa Aparente, Onda Vasca entrevistó a nuestro psicólogo clínico experto en emergencias, en el tratamiento del duelo y del estrés postraumático.
Alfonso Sáez de Ibarra: Los duelos en las desapariciones son mucho más complicados

En marzo, el día 9 concretamente, se celebra el Día de las Personas Desaparecidas Sin Causa Aparente. En España actualmente hay 5.529 casos de desapariciones sin resolver, la mayoría de ellas relativamente recientes.

Ante una desaparición, la familia y las personas más allegadas han de enfrentarse a una gran incertidumbre que, en muchas ocasiones, se extiende largamente en el tiempo. A la vez luchan para que no caiga en el olvido. En el programa ‘Los podcast’ de Onda Vasca, quisieron saber qué supone que una persona desaparezca para su entorno más cercano. Tras entrevistar Ana Herrero, madre de Borja Lázaro, joven gasteiztarra desaparecido en 2014 en La Guajira colombiana, pulsaron la opinión de Alfonso Sáez de Ibarra, psicólogo clínico del HAM.

Nuestro psicólogo explicó que toda desaparición se afronta con mucha dificultad. «Toda desaparición, toda perdida implica un duelo. El duelo es un proceso que conlleva sufrimiento y requiere mucho esfuerzo para aprender a vivir sin la persona que se ha ido”, declaró, para añadir que cuando la desaparición ocurre en circunstancias incomprensibles, en las que no se sabe qué circunstancias la han provocado “de alguna manera nos instalamos en una situación mucho más complicada, con mayor sufrimiento psíquico”. La incertidumbre, el no saber y no poder entender qué ha sucedido, “es mala compañera” y acaba siendo “un elemento de desgaste importante” que complica el duelo junto con la imposibilidad de proteger a la persona desaparecida.

A preguntas del periodista Kike Alonso sobre la importancia de mantener la esperanza, Alfonso Sáez de Ibarra respondió que es “inevitable mantener la esperanza” pero que el ser humano necesita tener certezas. En caso de que la persona haya muerto, conocer qué ha pasado y que aparezca el cadáver facilita ese proceso de duelo. La esperanza en casos tan largos en el tiempo se queda enquistada, oscila con gran inestabilidad, deja de alimentar ese espíritu positivo que puede ayudar a “mantener la llama de la búsqueda encendida”. Vencida por la impotencia suele dar paso a la aparición de síntomas que tienen más que ver con la tristeza y estados depresivos, “dejando la situación en una especie de duelo congelado”.

La entrevista puede escucharse pinchando en el enlace de la foto inferior, a partir del minuto 10 aproximadamente.

Alfonso Sáez de Ibarra: Los duelos en las desapariciones son mucho más complicados