El área de larga estancia, un hogar para los pacientes

Hay personas que han encontrado en el Hospital Aita Menni su casa, y una casa es mucho más que un lugar de residencia. Son personas que viven en el HAM desde hace años, algunas incluso desde hace décadas. La razón puede ser una gran discapacidad intelectual o una enfermedad mental severa y crónica que requiere un largo período de tratamiento.
Egonaldi luzeko eremua: pazienteen etxea

Bajo la dirección del equipo terapéutico, se llevan a cabo actividades diarias con beneficios sociales, ocupacionales y terapéuticos, que incluye  actividades grupales como:

• El coro de pacientes. Con la ayuda del músico Juan Carlos Irizar, todos los lunes a las 2,30 horas, los pacientes cantan, tocan e incluso bailan de manera voluntaria. Es un espacio que rompe con la rutina y el aislamiento, y en el que se expresan e interactúan.

Grupo de cocina. Los pacientes entrenan las actividades básicas de la vida diaria en la cocina;  hornean madalenas como las de la foto y elaboran otras muchas recetas. Luego se encargan de dejar todo limpio como si estuvieran en la cocina de su propio domicilio.  

Cocina

Grupo de manualidades, dirigido al fomento de la creatividad y al entrenamiento en psicomotricidad fina. El cambio de estación es la excusa perfecta para renovar el mural de la pared y de paso trabajar aspectos como la orientación a la realidad y la psicomotricidad fina. Además, a título particular hay pacientes que dedican el tiempo a sus propias aficiones; pintan o tejen, por ejemplo.

Manualidades

•  El pequeño huerto.Es una actividad de la que se sienten muy satisfechos; desde hace unos meses, los residentes de larga estancia han plantado plantas aromáticas y distintas variedades de hortalizas que cuidan ellos mismos. Después las ofrecen para quien desea probarlas. Esta actividad les resulta entretenida y motivante. El pequeño huerto está situado en un patio de fácil acceso.

Huerto

Estas actividades forman parte de un programa de intervención más global, que trata de adecuarse a las capacidades y necesidades  de los pacientes, participando en distintos talleres del hospital, sin descuidar lo lúdico y el contacto con el entorno y atender a su sentido religioso y espiritual.