Discapacidad intelectual

Formamos al IFAS sobre alteraciones de conducta en trastornos del espectro autista

Profesionales del Área de Discapacidad Intelectual y Trastornos del Espectro Autista de Aita Menni imparten un nuevo curso a personal de centros asistenciales de la Diputación de Bizkaia.El curso, titulado “Actualización de la intervención en personas con trastorno del espectro autista”, tuvo lugar en las dos últimas semanas de octubre y la segunda de noviembre.
Formadoras de Aita Menni y alumnado del IFAS, durante el curso

Profesionales de Hermanas Hospitalarias Aita Menni han impartido recientemente a personal del Instituto Foral de Asistencia Social de Bizkaia (IFAS) un curso sobre intervención en alteraciones de conducta en personas con trastorno del espectro autista.

El curso, titulado “Actualización de la intervención en personas con trastorno del espectro autista”, tuvo lugar en las dos últimas semanas de octubre y la segunda de noviembre, con una duración total de 30 horas para alrededor de 50 personas divididas en tres grupos. Los grupos estaban formados por auxiliares de enfermería y personal técnico de integración social del instituto dependiente de la Diputación Foral de Bizkaia que trabajan en centros asistenciales que atienden a personas con trastornos del espectro autista.

La formación ha corrido a cargo de la psicóloga Macarena Aspiunza, responsable del Área de Discapacidad Intelectual y Trastornos del Espectro Autista de Aita Menni, de la psicóloga de la Unidad de Discapacidad Intelectual Cristina Iriarte y de Naroa Odriozola, monitora de esa misma Unidad.

Las tres formadoras de Aita Menni

Estas sesiones de formación se suman a otras impartidas antes del verano desde el Área de Discapacidad Intelectual también a personal del IFAS bajo el título “Abordaje en la discapacidad intelectual, trastorno mental y del comportamiento”.

Alteraciones de conducta

En esta ocasión, el curso se centró específicamente en la intervención con personas que presentan alteraciones de conducta en el contexto de los trastornos del espectro autista.

Tras definir el perfil y características específicas de estas personas, las formadoras explicaron que a partir del modelo de atención centrado en la persona y a través de un abordaje con varias facetas —psicopedagógico, conductual y psicofarmacológico— se buscan como objetivos la estabilización clínica y el desarrollo en este tipo de pacientes de conductas más adaptativas, con el fin último de facilitar su tránsito a recursos sociales o su reintegración en la comunidad.

La formación ahondó a continuación en la importancia de conocer el perfil sensorial de las personas con trastorno del espectro autista a la hora de entender cómo procesan la información que llega a su cerebro, cómo debemos comunicarnos con ellas y qué incidencia tiene todo ello en su comportamiento y su manera de relacionarse con su entorno.

Así, el curso hizo un recorrido por distintos tipos de perfiles sensoriales en los que, para un sentido dado —audición, vista, tacto, gusto, olfato, propciocepción, sentido vestibular o equilibriocepción…—, puede existir en estas personas hipersensibilidad o hiposensibilidad, y cómo ese nivel de sensibilidad influye en sus comportamientos. Por ejemplo, una persona con una sensibilidad muy elevada en su visión puede mostrar rechazo hacia la luz intensa o la luz del sol y mostrar comportamientos cuyo objetivo es evitar o reducir esos estímulos, como taparse los ojos o alejarse a una zona menos iluminada. De la misma manera, alguien con hipersensibilidad táctil, puede mostrar un comportamiento evasivo o rechazar que tratemos de lavarle la cabeza o cortarle las uñas. Comportamientos como lamer objetos o meterse cosas en la boca están vinculados a perfiles de baja sensibilidad en el sentido del gusto, y otros como balancearse, girar o correr continuamente suelen estar relacionados con una baja sensibilidad en el sistema vestibular, por lo cual la persona busca estimular ese sistema con movimientos bruscos y repetidos.

Una misma persona puede ser hipersensible a estímulos sobre algunos sentidos e hiposensible en otros sentidos. Conocer cuál es su perfil sensorial nos ayuda a comprender su comportamiento y a comunicarnos con ella. Definir su perfil sensorial permite, además, a los equipos profesionales que atienden a personas con trastornos del espectro autista disponer de recursos destinados a estimular los sentidos o a reducir los estímulos y utilizarlos adecuadamente.

Las formadoras de Aita Menni explicaron al personal del IFAS cómo están organizados los espacios en las Unidades que acogen a estos pacientes en nuestras instalaciones de Gesalibar, con diversas salas en función de los distintos perfiles sensoriales y el tipo de actividades que se desarrollan en ellas.

Intervenciones específicas

Nuestras psicólogas y nuestra monitora explicaron con gran detalle cómo, para qué y con qué materiales se llevan a cabo intervenciones específicas como la estimulación sensorial en sala Snoezelen, la utilización de sistemas aumentativos y alternativos de comunicación o la metodología TEACCH (Training and Education of Autistic and Related Communication Handicapped Children, traducido al español como “Tratamiento y Educación de Niños con Autismo y Problemas Asociados de Comunicación”).

Formadoras de Aita Menni y alumnado del IFAS, trabajando con materiales específicos

 

Tras ello, el curso abordó los fundamentos básicos de la conducta y cómo las personas con autismo y trastornos de su espectro pueden utilizar su conducta con objetivos diversos, como comunicarse, evitar algo que les desagrada o influir sobre el entono que les rodea. A partir de ahí, las formadoras de Aita Menni entraron en detalle en cómo se lleva a cabo el análisis funcional de la conducta, que se convierte, así, en una herramienta clave para conocer el comportamiento de la persona teniendo en cuenta su contexto y antecedentes, disponer de información relevante vinculada a sus relaciones sociales y conductas problemáticas, y averiguar el porqué o el para qué de un determinado comportamiento.

Avanzando, nuestras expertas pasaron a exponer las pautas del manejo conductual con explicaciones detalladas sobre cómo interactuar con este tipo de pacientes y cómo reaccionar ante sus distintos comportamientos, antes de entrar al análisis de distintos casos clínicos y sus planes conductuales.

Cada una de las sesiones terminó con un trabajo conjunto en el que las y los profesionales que asistieron al curso pusieron sobre la mesa las dificultades de manejo conductual que encuentran en su trabajo diario y pudieron discutir, a partir de los conocimientos adquiridos durante la sesión, sobre las vías para afrontar y solventar esas dificultades.