La necesidad de terapias de rehabilitación neuropsicológica para personas con daño cerebral se pone de manifiesto en San Sebastián.

Expertos de 20 países debatieron sobre la eficacia de los últimos avances en el 4º Simposio Satélite de Rehabilitación Neuropsicológica coorganizado por la Red Menni de Servicios de Daño Cerebral
La realidad virtual y nuevas tecnologías como el GPS o las PDAs forman parte de los programas multidisciplinares de recuperación de las lesiones cerebrales
La necesidad de terapias de rehabilitación neuropsicológica para personas con daño cerebral se pone de manifiesto en San Sebastián.

El 4º Simposio Satélite de Rehabilitación Neuropsicológica reunió en San Sebastián, durante los días 9 y 10 de julio, a 202 expertos en neurociencias procedentes de más de 20 países. Las expectativas de los organizadores, entre los que se encontraba la Red Menni de Centros de Daño Cerebral, se cumplieron notablemente.

El objetivo de esta puesta en común era debatir sobre los últimos avances en la recuperación de quienes han sufrido una lesión cerebral con secuelas que les impiden un retorno completo a sus actividades para conseguir una “mayor eficacia” en las medidas de rehabilitación.

La Neuropsicología es una disciplina que, según Barbara Wilson, psicóloga clínica del Medical Research Council (Cambridge-Reino Unido) participante en el encuentro, está “en pleno auge”, debido a su aplicación con éxito en los programas terapéuticos de recuperación de las lesiones del cerebro. “El objetivo de la rehabilitación neuropsicológica es mejorar la calidad de vida de los pacientes con daños cerebrales”, declaró el coordinador del Simposio, el neuropsiquiatra José Ignacio Quemada.

Afectados por daño cerebral

Los servicios sanitarios consiguen salvar cada vez a más personas después de un traumatismo craneal, un accidente cerebro-vascular, un tumor cerebral o una encefalitis. El doctor Quemada, director de la Red Menni de Centros de Daño Cerebral -entidad coorganizadora del evento-, remarcó junto a Gerhard Müller, cofundador del principal centro de docencia en Neuropsicología de Alemania, que esta mayor supervivencia es la causa de que cada vez sea mayor la necesidad de implementar programas de recuperación de lesiones en el cerebro.

En la última Encuesta de Deficiencia, Discapacidades y Estado de Salud elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, en España se identificaron 210.636 personas con daño cerebral sobrevenido, de ellas un 83,2% consecuencia de enfermedades cerebro-vasculares, un 19,5% de origen traumático y un 2,6% de ambas. El 30% de los casos eran menores de 65 años y el número de varones duplicaba al de mujeres. Haciendo una extrapolación de estos datos a una población como la del País Vasco, en Gipuzkoa podría haber 3.370 afectados, en Bizkaia 5.686 y en Álava 1.475.

Nuevas tecnologías

Por el complejo carácter del daño cerebral adquirido, los programas de rehabilitación neuropsicológica son largos en el tiempo y precisan de la coordinación de equipos en los que intervienen, además de psiquiatras y psicólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, logopedas, asistentes sociales y enfermeros, entre otros profesionales.

La realidad virtual y las nuevas tecnologías audiovisuales se han convertido en herramientas muy útiles para valorar conductas que pueden ser peligrosas tanto para el paciente como para su entorno. Se utilizan, por ejemplo, para saber si una persona es capaz de conducir o de orientarse y tienen la ventaja de que se puede repetir el ejercicio tantas veces como se quiera, “como en un simulador de vuelo para los pilotos, salvando las distancias”.

La rehabilitación neuropsicológica se basa en “estrategias de reentrenamiento”, restauración o compensación de las capacidades perdidas por causa de la lesión, con el fin de reducir el impacto de las lesiones para que la calidad de vida de los pacientes se vea lo menos alterada posible en cuanto a su autonomía y competencia.

El reentrenamiento varía de unas personas a otras pero puede ir desde volver a aprender a cocinar, a comprender un texto o a utilizar dinero para comprar, aunque con frecuencia hay que compensar funciones perdidas con instrumentos de apoyo, como por ejemplo notas escritas, teléfonos móviles, PDAs y dispositivos GPS que permiten localizar a las personas con dificultades para orientarse.

No obstante, el tratamiento farmacológico también se aplica, según explicó Barbara Wilson, aunque con “distinto énfasis” en cada país. Müller matizó que durante las primeras semanas, el suministro de fármacos a los pacientes es mayor, mientras que luego “pierde peso”.