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La importancia de una correcta sedestación

La importancia de una correcta sedestación

Profesionales del Servicio de Daño Cerebral de Aita Menni trabajaron los conceptos posturales de la sedestación. Objetivo: huir de malas posturas mantenidas en el tiempo para evitar deformidades musculoesqueléticas.

Fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, monitores, enfermeras y auxiliares de enfermería del Servicio de Daño Cerebral del Hospital Aita Menni y Etxetek recibieron hace unos días el curso ‘Sedestación: postura en sedestación, tipos de sillas de ruedas y adaptaciones’. Igor Caro, técnico ortopeda de la ortopedia Biortek, les habló de la importancia de la postura cuando una persona permanece mucho tiempo sentada, de los tipos de sillas de ruedas, así como de las distintas adaptaciones existentes ahora mismo en el mercado. Pedimos al especialista que nos responda a algunas preguntas.

– ¿Por qué están importante que la postura en sedestación sea correcta?

Evidentemente, una buena postura previene que se desarrollen deformidades musculoesqueléticas pero, sobre todo, es importante porque desde una buena sedestación vamos a interactuar mejor con nuestro entorno, sea cual sea nuestra patología y estado físico. Por ejemplo con una pelvis basculada nos costará más gasto de energía el movimiento de los miembros superiores.

– ¿Cuáles son los errores que comentemos más habitualmente (tanto en una silla normal como en silla de ruedas)?

Primero habría que diferenciar si la persona usuaria es capaz de corregir la posición por sí misma en la silla o si no tiene esa capacidad. Una mala postura en un momento determinado, si se autocorrige con posturas opuestas, puede resultar hasta beneficiosa porque estamos ganando rango articular. El objetivo es huir de posturas malas mantenidas en el tiempo. A las personas que no tengan esa capacidad de autocorregirse hay que darles elementos externos de soporte para que puedan mantenerse en la mejor posición y hacerles cambios posturales.

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Ni siquiera una persona deportista aguantaría 8 horas seguidas sin moverse de una silla en la postura del inglés (pelvis a 90 grados y rodillas a 90 grados). Un error muy común es sentarnos en sillones o butacas con mucha profundidad en donde la zona lumbar no queda bien apoyada. Los sillones típicos de las residencias, con profundidades de asiento de 45 e incluso 50 cm, están diseñados en su mayoría para personas muy altas. Esto que en una persona activa no supone mayor problema aunque sea bajita, en los ancianos que no son muy altos es un tremendo error sentarlos ahí durante largos periodos. Al tener mucha profundidad de asiento, la zona lumbar no llega a tocar con el respaldo. Cuando están sentados en ellos no los vemos mal aparentemente pero cuando van pasando los meses se produce lo que llamamos una hipercifosis que es cuando la espalda se encoge hacia adelante y caen la cabeza y los hombros.

– ¿Cómo pueden evitarse?

Por regla general, eligiendo un asiento acorde a nuestras medidas y procurando, por ejemplo, que las sillas de ruedas tengan un soporte firme. Al cabo de un tiempo de uso se va deformando la tela del asiento y del respaldo, y eso hace que se estructuren las deformidades. En otros casos, usando sillas basculantes, para que la gravedad nos ayude. Si nos referimos a los ancianos, muchas de las deformidades posturales se evitarían usando ‘ergofacts’ o sofás con la profundidad adecuada. En definitiva valorando la silla correcta para cada usuario. Hay que tener en cuenta que hay muchas patologías, desde la más compleja, como puede ser una parálisis cerebral, a la más simple, posturalmente hablando, como un ictus.

– ¿Qué hacer en el caso de personas con gran discapacidad que ya son mayores o sufren mucho deterioro?

Cuando existe una gran deformidad el objetivo es el de proporcionar confort y evitar el progreso del deterioro dando prioridad a la calidad de vida del paciente. En estos casos, el uso de sillas con basculación suele ser imprescindible.

– ¿Puede ser suficiente un simple cojín para corregir algunas posturas?

En muchos casos sí. A veces un simple cinturón dependiendo con qué ángulo pase por delante de la pelvis hará bien ese trabajo.

– ¿Cómo nos ayudan los nuevos materiales y modelos de sillas?

Afortunadamente tenemos muchas herramientas en la actualidad para sentar bien a los pacientes. Aunque, insisto, cada patología es distinta, incluso dos pacientes con el mismo diagnostico puede que no necesiten sillas y adaptaciones iguales. Las casas comerciales cada vez investigan más y nos ofrecen una gran variedad de modelos de sillas y accesorios, como respaldos, cabeceros, cojines, cinturones… con los que valorar el mejor posicionamiento para cada caso.

Sedestación

Precisamente las y los profesionales de Aita Menni que participaron en esta formación impartida por Igor Caro actualizaron sus conocimientos para realizar este tipo de valoración. Además de ver in situ las diferentes opciones y materiales que se ofertan en el mercado, pudieron participar de forma activa en casos prácticos, lo cual resulta de gran ayuda para nuestro trabajo diario.