Discapacidad intelectual

Alteraciones de conducta en trastorno del espectro autista

Cristina Iriarte Iturria

Psicóloga general sanitaria y neuropsicóloga. Unidad de Discapacidad Intelectual y Trastornos del Espectro Autista con Alteración de Conducta. Hermanas Hospitalarias Aita Menni.

 

La autora aborda las alteraciones de conducta en el trastorno del espectro autista (TEA), que se caracteriza por dificultades en la comunicación, la interacción social y por la presencia de conductas repetitivas e intereses restringidos. Muchas personas con TEA también presentan comorbilidades, como ansiedad, episodios depresivos y episodios psicóticos. Estas alteraciones de conducta se relacionan con deficiencias en la cognición social, la función ejecutiva y la regulación emocional. El artículo nos ofrece una visión general de las intervenciones psicoeducativas y de estrategias para abordar estas conductas disruptivas.
La palabra "autismo" en inglés, en un tablero del juego Scrabble

El trastorno del espectro autista (TEA) es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta a la forma en que la persona se comunica e interacciona socialmente además de la aparición de conductas repetitivas e intereses restringidos (American Psychiatric Association, 2013).

Bien es verdad que la complejidad fenotípica del TEA se manifiesta debido a la asociación con otras alteraciones del neurodesarrollo, problemas psiquiátricos o médicos. Cabe resaltar que un 50-70% de las personas con TEA presentan asociados otros retrasos en el desarrollo, comorbilidades con problemas de salud mental o problemas de conducta. Así mismo, aproximadamente un 30% de las personas con TEA muestran una discapacidad intelectual asociada. En un 25-50%, las comorbilidades son múltiples (Hervas, 2016).

Resulta frecuente que el TEA se asocie a problemas conductuales, principalmente: conductas agresivas, negativismo ante órdenes o demandas, ruptura de normas sociales y situaciones de emocionalidad negativa. Todo esto, desarrollándose en el entorno educativo, social y familiar (Hervas, 2016).

Problemas de conducta en personas con trastorno del espectro autista

Entre los problemas de conducta más frecuentemente observados en las personas con TEA se incluyen:

  • Conductas que comprometen su seguridad vital en forma de autolesiones (golpearse la cabeza, morderse o arañarse), escapismo (huir sin considerar el peligro) o negativas a comer y/o a dormir.
  • Conductas agresivas verbales o físicas que amenazan la seguridad del otro o heteroagresividad hacia el entorno y bienes materiales.
  • Ruptura de normas o leyes sociales que, en la mayoría de edad, puede implicar la comparecencia ante la justicia.
  • Alteraciones emocionales negativas con extrema irritabilidad, ansiedad o descontrol emocional, a veces desencadenado por una emocionalidad extrema positiva (excitabilidad) (Rueda y Novell, 2021).

Ilustración que muestra a una persona dejando caer unos aros a través de una abertura en la pared

Comorbilidades con problemas de salud mental

Ansiedad

En personas con TEA es frecuente la ansiedad social por temor a una evaluación social negativa, ansiedad fóbica ante estímulos a los que previamente se han sensibilizado, o ansiedad generalizada ante situaciones nuevas que no sepan afrontar.

Además, por las dificultades en el reconocimiento de la expresión emocional o la tonalidad de la voz de las personas con TEA, sus cuidadores pueden no identificar la ansiedad, lo que dificulta que puedan recibir ayuda en estas situaciones (Rueda y Novell, 2021).

Episodios depresivos

En personas con pocas habilidades comunicativas, aparece un cambio en el comportamiento:

  • Cambios en la expresión facial
  • Disminución en la participación en actividades
  • Abandono de las actividades gratificantes
  • Cambios en el patrón del sueño
  • Perdida/ganancia de apetito
  • Irritabilidad

(Rueda y Novell, 2021). 

Episodios psicóticos

Ocurren también asociados a TEA. Más frecuente es la aparición de ideas sobrevaloradas autorreferenciales o malinterpretación de las intenciones de otras personas, contextos o experiencias sociales, con base en sus dificultades de comprensión social, aunque pueden producirse episodios transitorios psicóticos, en ocasiones relacionados con el estrés (Hervás, 2017).

Aspectos cognitivos que se relacionan con las alteraciones de conducta en TEA

Alteración en cognición social (percepción social, Teoría de la mente y la empatía)

Percepción social: Dificultad en identificar e interpretar señales de comportamiento como por ejemplo el lenguaje no verbal, expresiones faciales, etc.

Teoría de la mente: Las dificultades de inferir estados mentales (pensamiento, deseos, intenciones…) en otra persona, y utilizar dicha información para interpretar y predecir la conducta, así como regular y organizar el propio comportamiento.

Empatía: Dificultad en generar una respuesta emocional ante situaciones que afectan a otros.

La dificultad en las capacidades previamente mencionadas genera conductas disruptivas debido a la dificultad en la interpretación de las necesidades del entorno, pudiendo llegar a mostrar conductas de índole agresiva (Hervás y Rueda, 2018).

Alteración de la función ejecutiva, regulación emocional y perfil sensorial

Alteraciones de conducta en trastorno del espectro autista
Las personas con TEA y alteraciones de conducta suelen mostrar dificultades en la flexibilidad cognitiva, organización y planificación, anticipación de situaciones y en la respuesta organizada y planificada ante una situación no esperada. Todos estos aspectos les provocan inestabilidad emocional y en consecuencia conductual. Cuando las demandas del entorno superan las respuestas posibles que puede generar y la persona responde mediante estrés y desregulación emocional (Hervás y Rueda, 2018).

Por otro lado, las personas con TEA presentan problemas de modulación sensorial o desordenes en la regulación del procesamiento sensorial, que se traduce en una hiposensibilidad o hipersensibilidad:

  • La hiposensibilidad es la falta de reacción ante un estímulo sensorial al percibirlo muy poco o no percibirlo. En consecuencia, aparecen conductas desde la pasividad (parece que no se está dando cuenta de lo que está pasando), hasta la búsqueda de sensaciones autoestimulatorias (la búsqueda constante de la estimulación).
  • La hipersensibilidad es la reacción excesiva ante un estímulo sensorial “normal”, habitualmente por estrés o sobrecarga sensorial. En consecuencia, la persona busca estrategias escapatorias de los estímulos sensoriales que le molestan, en forma de conductas de evasión, defensa y protección, la mayoría de ellas en forma de conductas disruptivas y/o estereotipadas (Rueda y Novell, 2021).

Intervenciones de los problemas de conducta asociados a TEA

Ilustración que muestra representaciones esquemáticas de personas en actitud de enfado, asentimiento y duda

El tratamiento de los problemas de conducta requiere un plan detallado de intervenciones psicoeducativas multidisciplinares y de intervenciones sociales en los diferentes contextos en los que vive la persona con TEA. Aquellos que presentan episodios de agresividad pueden requerir intervenciones farmacológicas.

Intervenciones psicoeducativas

Requieren un plan funcional en el que se concreten las intervenciones específicas a realizar. Siempre debemos utilizar registros de la evaluación funcional de las conductas no deseas y un análisis funcional de las mismas. De manera genérica, cabe resaltas que:

  1. Cuando los problemas de conducta se relacionan con rigidez y dificultades en el cambio, son intervenciones de preferencia cambios progresivos utilizando anticipación, estructura y ayudas visuales.
  1. Cuando exista una hiperreactividad y desregulación emocional deberemos intervenir acomodando el entorno, reduciendo factores de hiperexcitación o desregulación, y utilizando distractores que les conduzcan a un estado emocional más positivo y equilibrado.
  1. Cuando hay malinterpretaciones del entorno, historias sociales, ayudas y recordatorios visuales pueden ayudarles a entender dicho entorno de una manera más concreta.
  1. Cuando la misma conducta es la que resulta reforzadora, se utilizará un refuerzo diferencial con actividades incompatibles para reducir la conducta no deseada (Hervás y Rueda, 2018).

Estrategias para cambiar la conducta

Adaptaciones ambientales. En el entorno, los estímulos sensoriales, cambios inesperados de rutina, estrés ambiental, falta de estructura, excesivas demandas que no pueden cumplir, negaciones, malinterpretación de su entorno y situaciones que provocan ansiedad y miedo, suelen precipitar los problemas de conducta.

Para reconducir los problemas de conducta en TEA se han utilizado:

  • Reducir peticiones y órdenes.
  • Evitar situaciones hiperreactivas (contacto ocular, hablar alto, contacto físico, personas que los miran).
  • Evitar conductas no verbales que pueden llevar a un conflicto (posturas agresivas, miradas, expresiones).
  • Reducir la hiperestimulación externa mediante espacios sensoriales con poca estimulación (Rueda y Novell, 2021).
  • Utilizar estructura, rutina y ayudas visuales.
    • La estructura les ayuda a entender su entorno y adecuarse a las transiciones.
    • Los horarios les ayudan a anticipar secuencias y
    • Las imágenes pueden utilizarse como recordatorios o transiciones.
  • Utilizar instrucciones proactivas positivas. La utilización de un lenguaje positivo, claro y conciso, con un tono de voz bajo, es esencial en la disminución de conductas agresivas. Ir utilizando aproximaciones hacia la conducta deseada. El ejercicio físico también puede ser una manera de reducir la excitación fisiológica, la ansiedad y las conductas estereotipadas.
  • Utilizar el cambio de ambientes y actividades de su agrado: Cada persona con TEA tiene sus distracciones, que será útil conocer para poder anticipar situaciones problemáticas.
  • Intervenciones basadas en modificación de conducta: Realizar planes conductuales mediante la utilización de refuerzos para favorecer la conducta deseada. Ignorar conductas que no causan daño a nadie, redirigirlo para conseguir la conducta deseada.
  • Respuesta a la crisis. Es necesario mantener la seguridad, cerrar puertas, alejar a otras personas, protegerlos de objetos que puedan dañarlos, etc. [26].
  • Autoevaluación. Es importante siempre analizar lo que funciona y lo que no funciona, planificando de antemano toda actuación y ser flexible pa­ra cambiar los planes (Rueda y Novell, 2021).

Pacientes del Hospital Aita Menni forman un símbolo de infinito en el patio del centro

 Referencias

  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders, fifth edition (DSM-5). Washington DC: American Psychiatric Publishing
  • Hervás, A. (2016). Un autismo, varios autismos. Rev Neurol, 62. Doi: 10.33588/rn.62S01.2016068
  • Hervás, A. (2017). Desregulación emocional y trastornos del espectro autista. Revista de Neurología, 64.
  • Hervás A y Rueda I. (2018). Alteraciones de conducta en los trastornos del espectro autista. Revista Neurología, 66.
  • Rueda, P y Novell, R. (2021). Conductas que nos preocupan. SocialCo.

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